Desde chico siempre he escuchado la radio. Digamos que mi relación con la radio es un concubinato conocido por todos. Sentía fascinación con esta caja diminuta que transmitía desde música hasta noticias, siendo ésta última la que lograría un encantamiento especial una vez terminara los años de estudio en Derecho.
A pesar de que escuchaba la radio cuando iba y salía del trabajo, no fue hasta julio de 2012 que comencé a escucharla a través de mi iPhone; sin exagerar tenía como diez aplicaciones de diferentes estaciones radiales. Recuerdo que alguien me recomendó bajar una aplicación específica porque sabía de mi afición. A veces encontraba fastidioso abrir y cerrar aplicaciones para escuchar estaciones de radio de Argentina, España y Francia; con Stitcher mi mundo radial cambió en un dos por tres.
Al mudarme a los Estados Unidos mi selección radial sufrió una metamorfosis increíble. Ya mi mundo no se limitaba a escuchar noticias de los países antes mencionado; sino que ahora mi índice de podcasts incluye una gran parte de la programación de NPR, WNYC, grabaciones de Dan Carlyle sobre historia, asuntos de política y del Tribunal Supremo y de vez en cuando escucho sobre vocabulario y gramática en inglés y portugués. Cada vez que me entero que van a entrevistar a un autor sobre un libro, de forma inmediata presto atención y tomo nota de lo que trata el libro. Bueno, admito que tomo nota de todo lo que escucho que me llame la atención; mi libreta de anotaciones tiene dos columnas de ideas, anotaciones y un sin número de cosas que aparenta ser más un diario de ideas sin conclusión y coherencia que solo yo puedo entender.
No creo que cese de escuchar esta aplicación y/o sus estaciones. Ya llevo 666 días continuos escuchando mi programación favorita y sigo buscando otras tantas para incluirlas en mi lista de favoritos e interesante. Si conoce de algún tema sobre historia o Derecho que cree que me pueda interesar, ya sabe donde tiene que hacer la sugerencia.
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