Habíamos cruzado, caminando, el puente de Brooklyn en dirección a South Street Seaport. Fue una caminata no comun con recuerdos con gente muy especial. En un momento dado nos percatamos de un lugar no ordinario en un sitio detras de Pace University. Era una puerta que conducía a un sitio "sagrado". No puedo negar que me impresionaron las mesas y anaqueles de metal en un edificio clásico. Los libros de arte e historia eran innumerables e interesantes, habían más libros de otros temas pero estos cautivaron mi alcance visual. Para esa fecha no alardeaba delector ni me tomé fotos posando mientras hacía el aguaje de hojear un libro; el que lo hace sufre de un trastorno narcisista o es un seudo-intelectual. No nos detuvimos mucho tiempo porque nuestra compañia no era la muy versada en libros o no prestaban interes en estos recintos. Me dije que volvería alguna vez y siempre cumplo mi promesa.
Pasaron muchos años para que volviera a visitar esa librería. Ahora su localizacion es distinta; cerca de Union Square. Su majestuosidad y magia no se ha perdido. Los mismos anaqueles de metal en estan dispersados por sus todos los niveles. La entrada en su actual localizacion no puede ser mejor, a pasos de Soho y de NYU. Es el reino perfecto, donde encuentro los libros que deseo y donde "nerdos" declaran su amor a su media naranja, ya sea de carne y hueso o de papel. No señores, esta librería es distinta. Tiene su encanto único que sólo Nueva York le puede dar; yo evito las tiendas como Barnes and Noble y otras grandes cadenas al estilo de "You Got Mail" donde el interés no es alimentar la mente sino enriquecer a un capitalista.
Strand va a cumplir 90 años de establecida. Su local en el distrito financiero no existe. Actualmente se encuentra en 828 Browdway; aun conserva su largas filas (18 millas de libros) de anaqueles con libros de toda variedad en un edificio de 3 niveles. Alrededor de 2.5 millones de libros entran y salen de la libreria más histórica de Nueva York y que ha resistido los golpes de empresas como Amazon. Strand es el paraíso. En Strand puedo pasar horas muertas leyendo sobre un tema y no tengo al dependiente preguntándome si voy a comprar el libro como me pasó en Buenos Aires. Strand es mi refugio al igual que lo es para otros ávidos lectores. Strand es el refugio de las almas perdidas como la mía.
No comments:
Post a Comment