Fue para el 1984 que había comprado una armónica para aprender a tocarla. La compré en Casa Margarida en Plaza las Américas, el mismo sitio donde compré mi guitarra Yamaha. Me había propuesto imitar a Roger Daltrey en tocarla y hacer mi propia música. Siempre practicaba en mi cuarto y recuerdo que a mis padres no les agradaba nada mi interés por tocarla. Aun así continuaba tocando sin prestarle atención a su malestar. Para ese mismo año, un compañero de escuela superior me visitaba y me pidió prestada la armónica para tocarla; esa fue la última vez que la ví.
Como todo en mi vida, pasaron muchos años hasta que decidí comprarme un set de armónicas de diferentes tonos. Ya empecé a tocar un poco de música bluegrass y estoy buscando más información para aprender a tocar un poco de blues, que es una de mis pasiones en estos momentos; por algo voy a tomar un curso de blues en la universidad.
Ya les contaré de ambas experiencias y mi proceso de aprendizaje en una publicación futura.
Nuevamente, gracias a mi fan número uno de Chicago por visitarme.
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