Cuando inicié esta aventura musical de grabar episodios jamás imaginé el giro que iba a tomar mi vida. Puedo decir que mis inicios en el mundo del podcast era bastante tímido.
Cuando tuve la idea de hacer un podcast el mismo estaba girando en torno al Derecho. Me puse a pensar en lo tedioso que podría ser, los muchos caveats que tenía que incluir en cada segmento y cómo lo haría relevante e interesante para la audiencia. De igual forma, había escuchado muchos podcast en inglés y me daba cuenta que el contenido de esos podcast eran superior a mi idea original y que iba a ser otro podcast en un universo temático un poco limitado a una audiencia. No es como el tema de tecnología que atrae a un sin número de personas.
Fue en este divagar, que al mudarme a Maryland, luego de dos años en Nueva York coqueteando con diferentes ideas y una caída estrepitosa en mi bicicleta, que durante una de mis clases de guitarra se me prendió la bombilla para hacer un podcast sobre música. Pero, ¿qué tipo de música? Ahí fue que Puri me dijo porqué limitarlo y no hacerlo general. Es cierto, porque limitarlo. En ese mismo instante comencé a bajar podcast sobre música y evaluar su formato. Me di cuenta que el cielo era el límite en este mundo musical y no lo quería limitar. En un momento dado puse una encuesta preguntando a la audiencia de Twitter si preferían un podcast en un solo idioma o en dos idiomas. Ganó el de dos idiomas. Los que votaron en contra sé quienes fueron, pero, como siempre he dicho, los movimientos vanguardistas y cambios surgen a base de la oposición de la mayoría. Me arrojé de lleno al foro de los leones podcasteros.
Fue en la Colección de Música de la Biblioteca del Congreso que mi primer episodio se cuajó. El primer episodio debería ser en inglés y sobre un tema que a la gente le motivaría: béisbol y música. Jamás pensé que con el episodio primogénito iba a haber tantas descargas inmediatas. Me maravillé con las descargas en Japón y Reino Unido. Fue en ese instante, aun con la timidez de un novato, que me di cuenta que había potencial para continuar caminando por esta ruta musical.
Admito que al escuchar los episodios de ahora y los primero existe una diferencia abismal en cuanto a contenido, sonido y otros elementos que han mostrado que domino mejor esta programación que al principio. Ya no recurro a quien fue mi mentor en este universo, ya me las apaño yo solito en dominar las distintas plataformas y equipos. He mejorado los equipos de grabación, he superado el miedo de preguntar y contactar a mis invitados directamente, no me importa si me rechazan el participar, las críticas las acepto con humildad y he madurado en mi conocimiento y recorrido musical. En estos momentos de mi vida, me siento como Violeta Parra, necesito apresurarme para lograr tener más episodios y poder charlar con más gente y aprender de ellos.
Ya son 36 episodios los que están disponibles y 3 que han sido grabados por adelantado y que subiré en su momento. A ustedes, mi audiencia, gracias por visitarme, por escucharme y por ser fieles seguidores y montarse en la guagua/autobus musical que he diseñado para el disfrute de ustedes.
Como siempre digo al final de cada episodio, recuerden visitarme en mi página de la Internet: www.musicin2flavors.com o en mis cuentas de Instagram: jaimearturoesq y music2flavors para que vean mi faceta de fotoperiodista y de comentarista rabioso en Twitter: Music2Flavors.