Ayer domingo fue uno de esos días que tu planificas con anticipación pensando que nada va pasar. Pero los planes no siempre salen como uno quiere. Debido a contratiempos fuera de nuestro control, terminamos modificando nuestro planes de visitar tiendas de antiguedades para visitar el centro de Frederick, Md a las 4:00pm.
Frederick fue uno de esos pueblos ocupado por tropas Confederadas durante la Guerra Civil
Foto de Jaime Riera |
Norteamericana. Incluso, no les niego que nos coartamos al principio de hablar en otro idioma en una ciudad que aparenta ser exclusivamente blanca. Mientras caminábamos por Market Street y entrabamos a distintos negocios menos preocupación tuve en hablar en castellano. Desde la propia calle, miraba hacia el interior de los restaurante y veía a los meseros sonreírnos.
Al husmear con mi mirada en los distintos escaparates me topé con una tienda de empeño, el famoso pawn shop. Fue grata mi sorpresa cuando ví colgando del mismo varios banjos cuya cabeza o tapa de piel estaban raídas con el tiempo. No sé que tiene el banjo que me atrae tanto; como tampoco sé de donde surge mi fascinación por dicho instrumento. Recuerdo que la primera vez que vi una caricatura animada con el banjo fue el de animales de granja (https://www.youtube.com/watch?v=cPCJnpZGoCQ) como conjunto de bluegrass y luego en los setenta con Cool McCool tocando el banjo. https://www.youtube.com/watch?v=Smae90rEIEE. Quien sabe, a lo mejor termino comprando un banjo y tocando alguna que otra nota. He dicho que mi fascinación por coleccionar instrumentos de cuerdas no tiene límite; la culpa la tiene Steve Howe cuando lo ví en una de las fotos del interior del disco de pasta de Yes Fragile.
Foto de Jaime Riera |
El banjo no estaba solo, les acompañaba varias balalaikas y mandolinas. No les niego que había leído sobre las balalaika en un diccionario enciclopédico que tenía, pero nunca había visto una. Les incluyo el enlace para que vean sus origenes: http://russiapedia.rt.com/of-russian-origin/balalaika/. Desconozco quien las construyó ni en que año. Pero si algo es cierto, es que no descarto la idea de visitar esta tienda de empeño en un futuro cercano y ver este instrumento de cerca y ahí mismo hacer una búsqueda de su casa manufacturera y la legitimidad de dichos instrumentos. Quien sabe, a lo mejor le regateo algo al prestamista y termino llevándome una.
A su vez ví varios artículos que me interesaron pero, dentro de mi escepticismo, no sé si por pagar unos dólares menos por un equipo usado valga la pena adquirirlo. Entre esos objetos que ví desde la calle fue un pedal Boss Blue Driver 2 ideal para lo que intereso hacer con la guitarra eléctrica. El detalle, como dije antes, no sé como el dueño anterior trató este pedal. Este es uno de esos pedales que llevo tiempo mirando y que quisiera añadir al que tengo actualmente que repite (loop) un ritmo; así mi guitarra tiene el efecto de acompañamiento de otro instrumento sin la necesidad de uno. Muchas veces por ahorrarse unos treinta dólares puede resultar en haber gastado más por un regateo, pero no descarto que pueda regatear con el prestamista si me decido adquirir uno de esas balalaikas y la mandolina. Claro está, hay que ver que otros tesoros guarda el prestamista en ese espacio de tienda.
Ya vé usted estimado lector, que la música se ha convertido en mi obsesión y en mi pesadilla. Porque este es un pasatiempo muy caro y que requiere espacio en nuestro pequeño apartamento, espacio que no tenemos y sé que será un dolor de cabeza en ordenar el espacio por mis no tan pequeños antojos.
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