Tuesday, July 31, 2018

Yes, mi segundo año consecutivo

A una semana de haber asistido al mejor concierto de Yes, éste era diferente. Tenía un pase para conocer y saludar a cada uno de los miembros de la banda: Steve Howe, Geoff Downes, Billy Sherwood, Jon Davidson, Allan White. La sorpresa de la noche fue Tony Kaye quien ha estado en todo el recorrido de la gira. Unos días antes Trevor Horn (el famoso cantante de Video Killed the Radio Star) había estado en Filadelfia ya que en un momento dado él había sido el cantante del disco Drama, el cual yo tengo. Esta banda 

Como de costumbre, el concierto fue caracterizado por el juego de luces, la capacidad de proyección de cada instrumento y las voces se escuchaban nítidamente.  Desde mi ubicación pude apreciar de lleno la interacción de la banda entre cada uno de los miembros y como Jon Davidson se encontraba en pleno dominio del escenario y cómodo en ser el vocalista principal de una de las bandas más emblemáticas de los setenta. 





No tocaron las canciones de todos sus discos, pero si incluyeron algunas cuantas del disco Drama, Close to the Edge y Fragile. Casi a la hora y media de tocar, luego de una pausa de 20 minutos, decidieron subir al escenario a dos personas: Alan White (el baterista) y Tony Kaye que lucía espectacular. Tony Kaye, a quien nunca he visto tocar anteriormente, tuvo una presencia histriónica magica. Yo había visto a Rick Wakeman en Nueva York y a Geoff Downes el año pasado, pero Tony Kaye fue algo distinto. Incluso, de todos los miembros era el más hablador con quien intercambiamos un par de chistes.





Me llamó la atención que Geoff Downes (y si recuerdan quien es, él estaba con los Buggles y con Asia) aprovechó el momento para descansar y observar a la audiencia. Yo por supuesto no le quitaba la vista encima a Geoff Downes porque en este concierto el lucía mucho más imponente con sus gestos y movimiento a lo largo del teclado. En un momento de la noche, tanto Geoff y Tony hicieron que los amplificadores del teatro retumbaran para dejarle saber a los otros que el teclado es el rey de los instrumentos, aunque Mozart diga lo contrario.







La presencia de Allan White casi al final demostró lo frágil que está luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido.  Desde mi ubicación no había una buena visibilidad de él, pero sí noté que tuvo que ser asistido a subirse al escenario y que el baterista suplente (no me pregunten el nombre de él porque ni me acuerdo) lo velaba o cuidaba de él de vez en cuando desde la parte de atrás de la batería. Por supuesto, este suplente que ha tocado en toda la gira, no se quedaba con las manos vacías, tocaba cualqueir instrumento de percusión disponible y a la mano en ese momento.



Steve Howe, a su edad aún mantiene la agilidad motora fina de su mano izquierda. Un dato muy curioso y que todo el mundo respetó durante el Meet and Greet es que él no le gusta que lo toquen, que le den la mano, que lo abracen y nada por el estilo. Usted dirá vaya, tendrá fobia a la gente. Yo no sé lo que le pase, pero si yo fuera él tampoco le daría la mano a cualquiera por varias razones: evitar un apretón que le lastime la mano que emplea para tocar; si usted va al baño y no se las lava, yo no quiero compartir nada suyo; si está enfermo puede afectar la gira; y, no me lo están presentando formalmente, así que no hay obligación alguna de darmela. Ah, eso sí, yo me dirigí a cada uno de ellos por su apellido porque no son mis panas para tratarlos con confianza. Pero dejando esto a un lado, Steve Howe tocó como siempre, de maravilla. No dejé de observar su mano izquierda y la forma en que desplazaba y cambiaba de acordes, haciendo que esto luciera de forma sencilla, lo cual no es. Como aficionado a la guitarra y teniendo un conocimiento algo ligeramente adelantado, puedo decirles que sus acordes y cambios al mismo crearon una armonía musical de excelencia.


En el caso de Billy Sherwood, a quien he estado siguiendo su carrera de cerca, me hizo pensar en muchas ocasiones que el espíritu de Chris Squire se apoderó de él. Pero decir esto es restarle méritos a un artista como Billy. Sí es cierto que Billy fue entrenado bien tardíamente por Chris Squire, pero no es menos cierto que Chris Squire reconoció los atributos musicales de Billy Sherwood al invitarlo a participar en varias de sus grabaciones como solistas y viceversa. Por lo tanto, Billy ha replicado con exactitud lo enseñado por Chris Squire y lo ha hecho parte de su patrimonio musical.

El cierre del espectáculo fue un popurrí de todas las canciones que hizo a la banda famosa entre 1969 al 1973. El público no dejó de cantar y hasta de comulgar espiritualmente con una de las canciones de ellos, Close to the Edge. Definitivamente, el cierre fue maravilloso.



En el Meet and Greet, tuve la oportunidad de que me autografiaran dos artículos: la lamina o afiche conmemorativo de los 50 años (el cual ya está debidamente enmarcado) y el CD de Close to the Edge para un amigo que vive en Liverpool. Este era una sorpresa y fue dedicado a él por todos los miembros de la banda. Aún estoy esperando la foto oficial que me tomaron con ellos porque estaba prohibido tomar fotos con los celulares, incluso, había que apagarlos porque si alguien tomaba una foto se acabó lo que se daba (refrán boricua) y los muchachos de la banda se levantarian y se marcharian. Si eso pasaba iba a ocurrir un motin de inmediato; pero por la Providencia del Rock, señora patrona de todos los rockeros, eso no ocurrió.

Recuerden, si usted lee este bloq, de escuchar mi podcast Music in 2Flavors. Todas las semanas se transmite los sábados y esta disponible en todas las plataformas para podcast.












Sunday, July 22, 2018

Episodio 48 sobre la Marimba y el paraestado Garífuna


Muchos de ustedes, al escuchar el episodio 48 de Alfonso Arrivillaga entre la Maribma y la Música Garífuna en Music in 2Flavors, https://us.ivoox.com/es/27164879, se preguntará usted como es ese vaso y en que museo se encuentra. Pues en este espacio de blog les mostraré la imagen del Vaso de Ratinlixul y la portada de algunos de los libros que leí mientras hacía mi investigación. De igual forma, les incluiré algunos enlaces de sitios que discuten el origen de la marimba y un nuevo libro que, nuevamente, sigue el rumbo de Mariano López Mayorical. En este espacio no pretendo convencerlos sobre el origen de la marimba. No me toca hacerlo porque no soy ducho en la materia y mucho menos antropólogo o arqueólogo que pueda interpretar iconografía maya. Solo les puedo decir que mi opinión está basada en mi lecturas y recursos obtenidos en la Biblioteca de Congreso y en los ensayos de investigación que he leído en las redes. 

Si recuerdan en nuestra charla, Arrivillaga menciona al Doctor David Vela que dice en uno de sus tratados sobre la marimba: Nos referimos también a la tesis del Dr. Castañeda Paganini sobre la posible reinvención de la marimba en Guatemala,  por los africanos traídos como esclavos en el Siglo XVI, sorprende no obstante que la marimba aparezca aquí tempranamente entre comunidades cerradas a la influencia de ellos, entre alejadas montañas, y falta en las zonas realmente habitadas por la raza de color. Refiérase al enlace http://www.deguate.com/artman/publish/hist_precolombina/Historia_de_la_Marimba_6488.shtml

Recientemente, ha salido una publicación sobre el origen de la marimba donde nuevamente se sigue el mito creado, como dice Arrivillaga, por la oligarquía que quiere darse como propio la creación de un instrumento de percusión y darle continuidad a la teoría de Mariano López Mayorical. Este nuevo tratado La Marimba: Un Estudio Histórico, Organológico y Cultural fue escrito por Lester Homero Godínez quien es licenciado en Música. Admito que este libro no lo he leído y lo pienso leer, el problema es que ya mi mente, en cierta forma, está predispuesta porque Mariano López Mayorical admite en su libro Momentos Esterales de la historia de la marimba en Guatemala que es historiador por afición y no científico. El licenciado Godínez lo considera historiador por lo que entra a mi espacio racional con un pie demasiado forzado y disonante.



Pero hablando de mi parecer, y admito que es a base de lo poco leído y estudiado, tomemos como ejemplo no científico la iconografia maya del vaso de Ratinlixul que incluyo a mano izquierda. Si se fijan en la figura superior, el primer maya, de derecha hacia izquierda, alegadamente está cargando una marimba. Díganme ustedes como esto se parece a una marimba si está cubierto. no se ven los martillos de hule y mucho menos las tablas que producen el sonido. Todo lo contrario, vemos un cajón cubierto con piel de leopardo.

Si quieren leer más sobre este vaso y como el mito de Mayorical es incorrecto, les dejo el enlace de este escrito que guardé en mi búsqueda y que es muy sencillo de leer de un estudio hecho por Kornelia Kurbjunh, en donde se discute la descripción iconográfica de este vaso en la página 12 et seq. En su tratado, Kurbjunh discute el detalle de cada uno de los pesonajes de esta cerámica y no menciona que que lo que lleva este maya sea un instrumento musical sino un cushion forrado en tela de leopardo. Es curioso, dentro de mi escaso, o ningún conocimiento de estudios iconograficos mayas, que se nos quiera hacer creer que esto es una marimba. Para más información véase el escrito de Kurbjunh en: https://www.iai.spk-berlin.de/fileadmin/dokumentenbibliothek/Indiana/Indiana_8/IND_08_Kurbjuhn.pdf


La figura a la derecha es como el propio Mayorical juega con nuestra imaginación al sobreponer una marimba sobre la figura del maya que Kurbjunh describe de forma distinta al mito de Mayorical, algo que discutimos en el episodio 48 de Music in 2Flavors.

Como indiqué, no pretendo convencer a nadie a base de lecturas hechas por mi persona en una materia de la cual no he sido entrenado, eso se lo dejo a personas del calibre de Alfonso Arrivillaga y de otros etnomusicologos serios. Sea usted mismo su propio juzgador y adopte la vertiente que le plazca a su sentir. Total, al final cada cual toma rumbos distintos. 

Thursday, July 5, 2018

Los Cafres, una experiencia única y especial

Todo empezó a las 15 horas del 3 de julio cuando decidí dirigirme al Fillmore para conocer a la hora que llegaba los miembros de la banda Los Cafres. A pesar de todos los intentos de comunicarme con ellos por las redes sociales, no había tenido resultado alguno. Esa misma tarde, mientras estaba en la piscina tratando de cambiar el color de mi piel pálida, estaba leyendo el libro Siren Song escrito por Seymour Stein. En ese libro, y a pesar de que ya lo sabía, Seymour relata la historia de su mentor, Syd Nathan, que lograba lo que quería con su labia. 


A esos efectos, elimine el poco pudor y vergüenza que tenía y me lancé a los lobos. Al llegar al Fillmore ví a un chico esperando y el equipo de música bajando de las camionetas. De inmediato le pregunté al muchacho y me dijo que era el chófer de la camioneta que transportaba el equipo y que el manager iba a llegar en cualquier momento. El cualquier momento se tornó tres horas, aunque nunca lo conocí sino a las 22 horas.

A las 18 horas hablé con uno de los que dirigen al grupo presentándome y pidiéndole un pase de prensa. Su pregunta inmediata fue para quién trabajaba. Mi respuesta: para nadie, para mí y mi podcast. De inmediato la autorización para el pase de prensa no se hizo esperar. Estaba con el en mano y dentro del Fillmore estudiando el terreno de batalla y hablando con uno de seguridad sobre guitarras y música. Lo único malo de este pase de prensa es que era válido para tres canciones, algo que yo nunca he escuchado.  Es decir, estaba en la fosa sacando canciones por el tiempo que duraran tres canciones, luego de eso salia para el público y a buscar un espacio para fotografiar, algo imposible.


El concierto comenzó con un deejay tocando música latina de todo tipo para ambientar a la audiencia, les aseguro que nadie le hizo caso al muchacho; paso inadvertido porque nadie le prestaba atención ni bailaba su música. Siempre he dicho que lo peor que se le puede hace a cualquier persona envuelto en la música es el no prestarle la atención que requiere. Como me dijo el de seguridad: Men come out here to get laid, and women come out here to be themselves.  En verdad que tenía mucha razón, había muchos hombres solos y más las mújeres que no le hacían caso.

A pesar de que ellos habían tocado en Nueva York hace dos días, el chófer de la banda, antes de obtener el pase de prensa, me aseguró que tenía que estar listo para una sobredósis de música. Definitivamente estaba en lo correcto. La sobredósis fue letal, porque no estaba preparado para lo que iba a presenciar.

A las 20:30 Gilberto Bonetto dirigía a todos sus compañeros al escenario. Las luces azules y rojas fueron la iluminación de este espectáculo que anunciaba la pura energía que se iba a emitir esa noche. Esto era el preámbulo de los fuegos artificiales que iban a iluminar los cielos de Silver Spring el 4 de julio.

Puedo decirles del saque, que este concierto fue uno de los mejores conciertos que he estado en el Fillmore. Gilberto bailó, corrió de un lado a otro del escenario, brincando, cantando y entusiasmando al público para que cantaran con él el coro de las canciones más famosas de la agrupación. Ningún instrumento silenciaba al otro. Los metales se escuchaban prístinamente al igual que el teclado, la batería, el bajo y las guitarras. Al escuchar los primeros acordes de las guitarras sabía que no me iba a arrenpentir de haber estado tanto tiempo afuera para poder platicar y obtener un pase de prensa. Quiero aclarar que yo había pagado mi billete de entrada, así que no fue de gratis. Gilberto tomó muy poco descanso entre canción y canción. Cuando lo hacía era para hablar con el público en inglés o en español y animando a la gente a seguir disfrutando de la noche. En verdad que este concierto, víspera del 4 de julio, fue un acontecimiento explosivo.

Los Cafres interpretaron un total de 19 canciones empezando con El Silencio y luego cantaron muchos de sus éxitos como Imposible, Llanura/Flor del Pot, El Angel, Dale, Puedo, Misterio y concluyeron con Aire, Tus Ojos, Si el Amor, Casi Q y Receta. Ninguna canción dejó de enganchar al público. Todo el mundo estaba bailando y disfrutando amenamente de la velada caribeña con sabor argentino.

Mi highlight de la noche, además de haber pagado por escucharlos a ellos y disfrutar en vivo de su espectáculo, fue cuando José -el que me otorgó el pase de prensa- me buscó y me dijo que lo siguiera. Al seguirlo, mi paseo fue por detrás del escenario y me dijo, con su acento argentino, que el plateau era mío y que me colocara donde yo quisiera. Jamás en mi vida imaginé este momento. Son pocos los que pueden disfrutar de este privilegio y honor de tomar fotos desde el mismo escenario donde toca la banda en vivo. No les voy a negar que la presión fue mayor pero la interacción de Guillermo conmigo al momento de tomar los visuales fue tranquilizante. Son estos momentos, en conjunto con la música,  que no se borran jamás. Mi despedida de ellos fue especial, intercambiando las fotos que podía en ese momento y compartiendo mis datos con José para futuros encuentros con ellos.

Hubiera deseado seguirlos a Anaheim y otras partes de California para documentar sus experiencias, pero sé que encontrarán otro loco
que pague por su boleto y esté dispuesto a fotografiarlos y entregarle las fotos sin nada a cambio. Estas son las experiencias musicales que no cambio por nada en la vida.


Sunday, July 1, 2018

The Pretenders, a los sesenta y sigue dando candela

El viernes pasado, enfermo con un catarro endemoniado, preferí dejar de trabajar por descansar y poder ir al concierto de The Pretenders; la banda que se hizo famosa a finales de los setentas y que en los ochentas nos contagió con sus canciones como Brass in Pocket, Back on the Chain Gang y los líos de parejas y drogas entre su guitarrista Chris Honeyman y James Farndon (ambos fallecidos). Luego del fallecimiento de ambos, los unicos integrantes originales Chrissie Hynde (sigo enamorado de ella) y Martin Chambers mantienen su energía aunque Chrissy se notó alejada y un poco anticuada con el uso de los celulares. 

Cuando llegamos al Fillmore Theathre no había nada de fila. Tan pronto me revisaron, vieron que llevaba mi camara y no me dejaron entrarla; menos mal que no me pidieron entregar mi lente portátil Sony y mi teléfono. En un aparte con el de seguridad le dije que tenia credenciales de prensa y él me dijo que ni la prensa estaba autorizada a estar presente. Ya comenzaba a sospechar algo sobre los pet peeves de cierta persona.

Al encontrarme con la pareja de amistades, nos dirigimos al tercer nivel donde con mi lente Sony tendría algo de acercamiento al escenario. Durante la presentación de la banda de All Mighty Senators tomé una serie de fotografias y nadie objetó o me iluminó con una linterna. Obviamente, esta banda, oriunda de Baltimore, Maryland, no objetaba la interacción del publico con sus camaras y es normal que alguien quiera tomar unas fotos para tenerlas de recuerdos. Esto es lo usual. All Mighty Senators se quedó con el escenario. Su música funky con blues y mucho sonido de metales avivaron la audiencia por unos 20 a 30 minutos.

Algo que me gustó de la banda fue la dinámica con el público. Su interacción fue genuina y fabulosa, algo que Chrissie Hynde no superó, a pesar de que ella habló con la audiciencia un par de veces. 

Una vez acabada la actuación de ellos, les tocaba a la estrella de la noche. El concierto es un tour de su nueva producción discrografica Alone. A diferencia de otras producciones discograficas, en esta hay mucho de contenido y poco al regreso de sus raices setentosas, Ella estaba vestida a la usanza de los grupos de chicas del rock de los setentas, jacket de cuero, camiseta negra, mahones o vaqueros y unas botas negras. No les voy a negar, Chrissie Hynde todavia mantiene la fortaleza vocal que la caracterizó e hizo famosa. El resto de la banda estaba vestido de honky tonks, una indumentaria que siempre me ha atraido. 

El concierto abrió con el primer sencillo del disco, Alone. Les adelantó que el disco no lo había escuchado hasta el día del concierto y despues lo hice. Luego siguio con otra nueva cancion Gotta Give y la tercera fue Kid, una cancion de los 1979 para aquellos que crecimos con esta banda. Obviamente no podía faltar Back to the Chain Gang, una cancion dedicada a Scott Honeyman, luego de su fallecimiento, ESta cancion siempre me ha puesto los pelos de puntas y nada más de recordarla en estos momentos tiene ese efecto mientras escribo. Fue en esta ocasión que Crissy Hynde dijo, saquen sus teléfonos y acaben de sacar todas las fotos que quieran. No me gusta eso. Es obvio que ella es la del pet peeve con la fotografía. Ustedes no tienen idea de la cantidad de regaños que recibí por sacar fotos y documentar este concierto. Pero una cosa los artistas deben reconocer y aceptar, los tiempos cambian y las personas quieren documentar sus recuerdos. 

En mi caso, al residir toda mi vida en Puerto Rico y que The Pretenders nunca hayan ido a Puerto Rico, que yo recuerde, me motivaba a documentar cada instante para poder escribir sobre este concierto. De haber ido a otros conciertos de ellos anteriormente, no me hubiera importado el tomar fotografías. Pero si algo he aprendido con mi podcast, es que todo se debe documentar para la posteridad. Esta ocasión no era distinta 

Luego de deleitarnos con esta canción, nos rompió el corazón con Lets Get Lost de su nuevo disco and I'll Stand by You, dos de las canciones más emotivas de ella post-1980. De inmediato y cambiando el ambiente romántico triste nos deleito con Don't Get me Wrong un clásico ochentoso; ya yo estaba en mi tercer año de universidad.  Luego de interpretar varias canciones de su nuevo disco, a las 9:30pm cerró el espectáculo con In the Middle of The Road, un clásico de los ochentas el cual la audiencia coreo con el coro unísono. 
Una vez hecho el alarde que se iban, obviamente todos las bandas lo hacen, volvieron a salir para interpretar 5 canciones adicionales y acabar el concierto a las 10:15 pm. Entre las canciones que interpretaron en este segundo aire estaban: Death is Not Enough, Don't Cut your Hair, Break up the Concrete, el clásico Tattoed Love Boys y cerrando con Precious. Todos nos quedamos con las ganas de Brass in Pocket, el clásico que deseábamos que nuestras novias nos cantaran y que MTv hizo famosa con su vídeo. 

El Fillmore siempre tiene un sonido y acústica espectacular. No es como el 9:30 en Washington DC, donde se pierde el sonido. El concierto fue un cupo total, no cabía un alma. Nuestra posición de ventaja era magnifica. Las únicas cosas que no me gustaron del concierto fue la poca interacción de Chrissie Hynde con el público. Incluso, parecía enfadada, como ya he mencionado, con la fotografía. No sé si ella odia la tecnología en el concierto o si es que es muy celosa con su imagen y que se pueda vender. En mi caso, mis fotografías no están a la venta y es para documentar hechos musicales para la posteridad. Otro detalle que noté de ella fue su inmediato abandono del escenario sin esperar al resto de la banda. Se despidió y de inmediato se fue tras bastidores. El resto de la banda se quedó en el escenario y se despidieron en conjunto y abrazándose, ese fue el caso de Martin Chambers, que abandonó su batería y abrazó a cada uno de sus compañeros. Sí me alegró que su Fender Stratocaster fuera la misma desde hace 10 años o más, esa guitarra tiene historia.

Por el precio de verlos a ellos no me puedo quejar, cincuenta dolares no está mal y al lado de mi casa. No tuve que pagar estacionamiento ni transportación. Otras personas no tienen la dicha de vivir cerca de un teatro como la franquicia del Fillmore y el martes regreso para ver a Los Cafres. Solo espero que no sean igual que ella y pueda tomarles fotos desde el pit sin ningún problema. 

De paso, todas las fotos las tomé yo desde el tercer nivel del Fillmore con mi lente portatil Sony y editado con el programa Lightroom de Adobe. 

Aprovecho la ocasión para que invitarlo a que escuche y se suscrib a mi podcast, Music in 2Flavors. Al presente he grabado 45 episodios en inglés y en español y he recorrido telefónicamente muchas partes del Latinoamérica y Estados Unidosl; documentando todo sobre la música. Mi podcast lo puede encontrar en todas las plataformas de podcast para iPhones y Android. De igual forma le invito a que visite mi pagina web. www.musicin2flavors.com. Tengo dos grabaciones listas para subir y varias que se están cuajando con músicos excepcionales. Si quiere mantenerse al día con mis andadas musicales, puede seguirme en Twitter en Music2Flavors. No olviden dejar sus comentarios sobre mi blog y mi podcast. Me fascina leerlos y responderles a sus sugerencias y comentarios.

Esperen el proximo blog sobre Los Cafres.

Saturday, June 30, 2018

La maldición de los guitarristas

Si ustedes me han seguido en las redes y han escuchado el episodio número 43 en inglés con el Dr. John Chong, http://us.ivoox.com/es/26572393, nos habrán escuchado hablar sobre las diferentes dolencias y males que sufren los músicos, entre ellos el síndrome del nervio cubital. Si no lo ha escuchado, le incluí el enlace para que no tenga excusa para no escucharlo. A lo mejor ustedes se preguntarán que es eso de nervio cubital. Pues yo tampoco lo sabía hasta que comencé a padecerlo. En palabras de un lego, le voy a explicar lo que uno siente a modo de ejemplo.

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Ilustración A
¿Alguna vez ustedes se han golpeado en el codo y han visto las estrellas? En Estados Unidos le llaman el funny bone cuando usted se golpea en ese punto específico del codo y ve las estrellas por unos instantes. (Véase ilustración C). Pues si lo ha experimentado saben que esa sensación de dolor se va desvaneciendo poco a poco. Es como el objeto concreto con que usted chocó ha martillado su codo y  el humero, mediante un ligamento, en unión al cúbito presiona el nervio cubital y eso le manda la señal al cerebro de lo más buena gente (en buen puertorriqueñismo). 

Ese dolor la mayoría lo hemos experimentado en un grado a otro. Si miran la gráfica que les incluyo verán las partes del brazo y ante brazo con los huesos del radio, cúbito y húmero. Pues imagínese usted ese pinchazo todo el día. Si usted cree que el dolor momentáneo que haya experimentado fue buena gente imagínese cuando el dolor es constante e inhabilitante. Pues ese es mi caso. Pero empecemos desde el principio.

Desde hace un tiempo, por no decir varios años, mi lumbares fueron afectadas por unas caídas y los dolores no eran incapacitantes hasta el 2017. A partir de ese año, comencé a frecuentar a una neuróloga para que me ordenara medicamentos y terapias físicas. Como aficionado al baloncesto sabía que las operaciones de vértebras para corregir discos herniados nunca eran perfectas y los que se han sometido a ellas quedan peor de lo que estaban antes. 

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Ilustración B
Así como gato que le huye al agua, me he reusado a la operación y opté nuevamente a las terapias. A pesar de que a mis terapistas siempre les informé que yo tocaba la guitarra y que varios de los ejercicios que me pedían no me ayudaban a la fortaleza de mis brazos, sino todo lo contrario, por requerir el peso de sobre cien libras en extremidades opuestas, el famoso planking, ellos hicieron caso omiso de mis ruegos o quejas.

Una vez acabadas las terapias comencé a sentir adormecimiendo en mi dedos meñique y anular de la mano izquierda; para los guitarristas son los dedos 4 y 5 que usamos para pisar las cuerdas de la guitarra en el brazo. Pensé que era una cosa pasajera. Pero noté que, incluso, no tenía fuerza en los dedos para apretar el teclado de la computadora, algo que me ocurre al momento de escribir este blog. Así que me hice una autoevaluacion como pincharme o enterrarme un alfiler en cada uno de los dedos. Les puedo decir que en los dedos 1, 2 y 3 de la mano izquierda sentí el pinchazo, mas no en los 4 y 5. Tanto fue mi sorpresa que me dije: bueno vamos a enterrar bien el alfiler y ver como reacciono. Me río contando esto porque no sentía dolor, así que era algo serio. No contento con el resultado, tomé mi guitarra y empecé a tocar notando que las notas con los dedos 4 y 5 salian fatales y era porque no había presión ni sostenimiento. En pocas palabras, mi motrocidad fina era un fiasco por no decir una basura. Así que el problema era serio. Como melodramático que soy dije adiós a la guitarra, charango y banjo y pensar en hacer otra cosa con mi vida. Es broma, no me voy a rendir en continuar tocando mis instrumentos, pero sí fui melodramático.

Como es algo bien notable en este País, mi neuróloga no tenía cita disponible y tuve que esperar 3 semanas para verla en mi cita de seguimiento de las lumbares. Sorprendida quedó y un poco incrédula al comentarle lo que me pasaba y la autoevaluación que hice. A lo mejor pensó que había adoptado las técnicas de tortura militares de Argentina pre-Alfonsín y documentada en el Informe de 50 mil carrillas. Naaaa, dudo mucho que mi neuróloga "gringa" conozca algo sobre Argentina.
Persistent Left Ulnar Nerve Paresthesia with Revision Surgery
Ilustración  C

Ella de forma inmediata sacó sus alfileres de plástico y comenzó a pasarlos por mis dedos, yo obviamente con los ojos cerrados, le decía si sentía algo o no. Les aseguro que no sentí nada en los dedos 4 y 5. Ante este cuadro, quiso medir las fuerzas en todos los dedos tratando de quitarme una hoja de papel sostenida por cada uno de los dedos y el pulgar como denominador común. Esta prueba la pasé de forma deficiente, de nuevo en los dedos 4 y 5. A partir de eso concluyó su evaluación con un martillo de goma dando un toque suave a mi codo en el área donde pasa el nervio cubital. Ese golpe tuvo el efecto de que un Coño, saliera espontáneamente. Es obvio que ella se dio cuenta que fue una palabrota lo que solté.

La explicación era bien sencilla, tu nervio cubital está afectado. El nervio cubital corre desde el hombro, pasando por un túnel en el mismo codo y llega a los dedos 4 y 5 donde la motrocidad fina es importante para un guitarrista. (Véase ilustraciones A y B). Al codo haber recibido una presión indebida durante los ejercicios, el ligamento afectó el nervio. Que ocurre si no se atiende de inmediato esta condición, puede ocurrir varias cosas: desde una deformación de la mano, inhabilidad para sostener objetos, adormecimiento constante, entre otros.  Mi neuróloga entiende que estoy atacando el problema a tiempo y que lo inmediato es terapia ocupacional. Si esto no funciona lo sugerido sería cirugía. Pensar en quirófano son palabras mayores porque el nervio, dentro de su universo microscópico, es un complejo sistema eléctrico en donde si se afecta una parte puede dañar la motrocidad fina permanentemente. Es por eso que el codo no lo puedo apoyar en superficies blandas o duras porque pudiera agravar más la condición y es necesario llevar ua codera para la protección e inmovilidad del brazo durante el trabajo y mientras duermo; la movilidad puede afectar más el nervio, con excepción de los ejercicios, y ausentarme de la guitarra, la harmónica y la quena por un buen tiempo.  

Ya les contaré en otra publicación si esto dio resultado o si la navaja de médico será la ruta a seguir.




Ilustraciones tomadas de los siguientes enlaces:

Monday, June 4, 2018

Una experiencia musical de Rusia

Peter Omelchenko
Hace unos días Peter Omelchenko me había escrito por mi messenger para invitarme a presenciar el espectáculo musical que el Washington Balalaika Society iba a presentar en el teatro F. Scott Fitzgerald del Centro Cívico de Rockville. Le agradecí la invitación y le dejé saber que el boleto ya lo había comprado porque seguía la  página de ellos en Facebook.

Nunca había estado en este lugar y me cautivó las facilidades en forma de anfiteatro y su escenario, el cual es espectacular para presentar cualquier tipo de evento cultural-musical. Antiguamente, este centro era un sitio de reunión para discutir asuntos de la comunidad de Rockville, como muy bien dice su nombre. Pero al dejar de ser un sitio de reunión, se convirtió en un teatro que acoge una serie de eventos culturales para todas las edades.

Mi lugar de observación y apreciación de la música fue al lado de otro miembro de la prensa y de los ingenieros de sonido y luminotecnia. La noche aparentaba que iba a ser larga, pero la Washington Balalaika Society Orchestra se aseguró que no luciera así y no me desilusionó en absoluto. Las piezas escogidas me demostró que esta orquesta tenía un dominio único y exquisito de cada una de ellas y que las mismas no estaban consagradas exclusivamente para una sinfónica u orquesta clásica.

En primer plano se ve a Andrei Saveliev
El presentador dio una breve historia de la orquesta, de los miembros que llevan tiempo en ella y sus nuevos miembros, entre ellos Peter Omelchenko. Incluso, pidió a cada grupo de instrumentos que los mostraran al momento de llamarlos por sus nombres; así conocimos como era una prima domra, una domra alto o tenor, una domra bajo, el gusli, los acordeones y bayan, la balalaika prima, la balalaika en segundo orden, la alta balalaika, la balalaika bajo y contra-bajo y los instrumentos de viento y percusión.

El concierto duró dos horas, incluyendo su pausa de 15 minutos, como es de costumbre. En la primera parte del concierto la orquesta nos deleitó con piezas de Schubert (Marcha Militar) y de Gorodovskaya (Russkiy Pereplyas). Inmediatamente, la balalaika principal fue interpretada por Aaron Mott, un chico de catorce años quien es el pupilo del gran Andrei Saveliev. Este chico interpretó con esplendor la pieza de B. Troyanovsky, Jugar con la gaita. El público reventó con sus aplausos el auditorio al reconocer la grandeza interpretativa de este joven músico quien promete que va a ser uno de los interpretes más importante de la balalaika en la costa Noreste de los Estados Unidos.

Amy Lochhaas
De inmediato, la orquesta nos cautivó los sentidos con la interepretación de una pieza romántica ejecutada por Eugenia Tochenaya en la domra tenor y posteriormente Amy Lochhaas nos deleitó con su flauta dos piezas conmovedoras de V. Andreev (Marcha del sentinela) y de Rachamaninoff (Serenata).

Una vez terminada esta presentación, era el turno de Peter Omelchenko a quien el público ansiaba de escuchar. Peter nos embrujó con malabarismo digital en las cuerdas pulsadas de la prima dorma en un baile ruso del Lago de los Cisnes de P. Tchaikovsky y La Paloma de S. Iradier.

Al regresar del descanso, esta magnifica orquesta nos deleitó con una pieza conocida de Camile Saint-Saens, el Baile Macabro (Danse Macabre). Una vez terminada esta brillante interpretación tanto Claudia Dwass, en el bajo Domras, Zhenya Tochenaya y  Patrick Fazzone, en la Domra primarias, nos embelezaron con piezas de A. Rubinstein y G. Cobb.

Claudia Dwass
Este concierto cerró con broche de oro  con Andrei Saveliev al interpretar dos piezas de Trostiansky y Shalov. Ambas interpretaciones, a pesar de su dedo fracturado, nos dejaron con unas ansias de escuchar más de este interprete de la balalaika y reclamar, como corderos, de su poder el ser hechizados con la magia de su ejecutorias. Su lenguaje corporal demostró que ambas piezas habían sido interpretadas con una emoción o encatamiento que hubiera sido econocido por un músico profesional a lo lejos.

Este concierto fue un preámbulo de lo que escucharemos en los conciertos del verano en el Mall en la Capital Federal y en otoño cuando la Washington Balalaika Society Orchestra vuelva a invitarnos con su melodía rusa para embriagarnos musicalmente como si bebiéramos de la vodka elaborada con los mejores granos de la madre Rusia.

No dudo que en esa ocasión podremos observar personas de todas las edades apreciando el encanto de una música única y especial interpretada por una gran orquesta.

Karen LaCrosee en el Gusli
































































Monday, May 28, 2018

Mi primer festival en la casa del bluegrass en Maryland

Hace un tiempo que mi página de Facebook ha cambiado. He ido borrando o eliminando personas de la misma profesión de la cual estoy rehuyendo y aceptando otras cuyos intereses son más afines con los míos: la música. Incluso, muchos de mis invitados al podcast son nuevas amistades que he incluido; como es el caso de Frank Cassel conocido como Banjo Man, es una de ellas y es el responsable que quiera tocar el banjo.  

Hace unos días, él compartió en su pérfil de Facebook un evento en Singer's Glen House Concert a efectuarse el 27 de mayo del corriente. Era pura música de bluegrass con los máximos exponentes de este género entre ellos Akira Otsuka en la mandolina, Eddie Adcock en el banjo y guitarra acústica, Tom Gray en el bajo y Martha Adcock vocalista y guitarra. El que me siga en mi podcast y en mi cuenta en Twitter sabe que me siento comprometido con la música popular de todas partes del Mundo.

Yo no tenía idea de lo que iba a encontrar en este sitio, como siempre pasa cuando me voy en un viaje musical exploratorio por mi cuenta. Cuando llegué, me senté al frente del escenario en un patio inmenso teniendo de fondo una frondosa arboleda. Al rato, una amable señora me informó que el concierto iba a ser en el interior de la casa porque el clima no era el mejor. Así que me moví al interior de una casa de madera con base en ladrillos de dos niveles. Al entrar al gran salón me topé con que no había asiento alguno y solté todo mi equipo fotográfico debajo de una mesa y me preparé para el concierto. Había alrededor de veinte y pico de personas sentadas y mirándome como ente extraño que visitaba por primera vez una comuna hippie.

Al echar un vistazo vi de inmediato la silueta de Frank a quien le agradó verme. Frank es una persona dulce y que vive de la música, literal y econó-micamente. Platicamos un rato y él estaba pendiente a que me sintiera cómodo. Frank es un gran tipo y le he tomado un aprecio muy especial. Ha estado en dos ocasiones en mi podcast y en cierta medida me siento obligado ante él por haberme dirigido a un mundo musical distinto al que estaba acostumbrado a escuchar en Puerto Rico y en otras partes de los EE UU donde he vidido. Aquí les incluyo el enlace para el segundo episodio grabado con Frank: http://us.ivoox.com/es/25808201.

Al rato de haber preparado todo mi equipo fotográfico y preparar, de forma lineal, mi lentes, vi pasar a una figura que lucía endeble con un bulto de oxígeno, era Eddie Adcock acompañado de su esposa, Martha. Una vez él ocupó su asiento, procedió a hacer chistes y burlarse cariñosamente de Akira Otsuka y de cuánto tiempo le tomó aprender a pronunciar su apellido; Akira vino de Japón con un grupo de bluegrass a los Estados Unidos y  decidió quedarse. Si quiere saber más sobre la historia del bluegrass en otros lares, escuche este episodio de mi podcast: http://us.ivoox.com/es/23853675. El no vive en el area Metro de Washington DC. A pesar de haber nacido en Virgi
nia, su residencia es en Tennessee, como podrán notar en su gorra, la "T" del equipo de fútbol americano de Tennessee.

Eddie nos contó de todas las vicisitudes de salud por las que él pasó: tres cirugías en el cerebro, vertebras rotas tras un accidente y pulmones colapsados debido a que era un fumador pasivo. Pero con todo esto males que aquejaban a su cuerpo, Eddie, Martha, Akira y Tom no dejaron de impresionar a los presentes con su estilo único al interpretar la música de los rednecks o hillbilies. Los 4 demostraron un dominio de cada uno de sus instrumentos y ninguno opacó el sonido del otro. La armonía y el timbre del banjo, la mandolina, la guitarra y el bajo retumbaron en la casa de Glen. Actuaron como formula química maravillosa produciendo explosiones de risas, aplausos, nostalgia y de mi parte aprecio por disfrutar gráfica y auditivamente de un espectáculo de 4 individuos apocalípticos quien corría por los cielos surcando pentagramas musicales como si fuera la última vez que tocaran juntos.

En un interludio de descanso, porque Eddie se cansa rápidamente, tomamos unos refrigerios y yo platiqué con el hijo de Tom quien me dijo que Eddie seguía siendo un interprete del banjo maravilloso pero no como en antes a raíz de todas sus adolencias. Ya me había dado cuenta que su movilidad en el banjo era lenta y no tan versátil como hubiera querido ser testigo. Pero no podía exigir tanto de una persona que había pasado por tanto contratiempos de salud; mucho estaba logrando en el banjo y desde mi óptica era un virtuoso. Cuando convives con alguien que trabaja en un hospital de rehabilitación de personas con problemas de salud mental, en todas sus facetas, tu exigencias musicales se atenúan a las circunstancias y te haces más sensible. Lo único que lamento es que no hubiera conocido a Eddie antes de sus dolencias.

La velada vespertina fue fabulosa, desde mi posición no podía escuchar los títulos de cada una de las canciones, pero la voces de Martha, Eddie, Akira y Tom se escuchaban por encima de sus instrumentos. No hacía falta amplificadores. Los aplausos no cesaban y el reconocimiento de estas estrellas del Bluegrass Hall of Fame brillaron en una tarde nublada y de llovizna que limpiaban el alma de aquel que necesitase desintoxicarse de los malos tratos de la semana anterior.

Espero que estas fotos evidencien lo bien que lo pasé y que esta no sea la única sino una de muchas tantas visitas a este encuentro íntimo musical. Quiero aclarar que estas son una muestra de las muchas fotos que he tomado con una de las cámaras, las otras fotos sobrepasan las 200 imágenes  y requieren un examen minucioso de las mejores como Rose Hartman haría de manera rabiosa y compulsiva con las fotos tomadas en el Studio 54.