A una semana de haber asistido al mejor concierto de Yes, éste era diferente. Tenía un pase para conocer y saludar a cada uno de los miembros de la banda: Steve Howe, Geoff Downes, Billy Sherwood, Jon Davidson, Allan White. La sorpresa de la noche fue Tony Kaye quien ha estado en todo el recorrido de la gira. Unos días antes Trevor Horn (el famoso cantante de Video Killed the Radio Star) había estado en Filadelfia ya que en un momento dado él había sido el cantante del disco Drama, el cual yo tengo. Esta banda
Como de costumbre, el concierto fue caracterizado por el juego de luces, la capacidad de proyección de cada instrumento y las voces se escuchaban nítidamente. Desde mi ubicación pude apreciar de lleno la interacción de la banda entre cada uno de los miembros y como Jon Davidson se encontraba en pleno dominio del escenario y cómodo en ser el vocalista principal de una de las bandas más emblemáticas de los setenta.
No tocaron las canciones de todos sus discos, pero si incluyeron algunas cuantas del disco Drama, Close to the Edge y Fragile. Casi a la hora y media de tocar, luego de una pausa de 20 minutos, decidieron subir al escenario a dos personas: Alan White (el baterista) y Tony Kaye que lucía espectacular. Tony Kaye, a quien nunca he visto tocar anteriormente, tuvo una presencia histriónica magica. Yo había visto a Rick Wakeman en Nueva York y a Geoff Downes el año pasado, pero Tony Kaye fue algo distinto. Incluso, de todos los miembros era el más hablador con quien intercambiamos un par de chistes.
Me llamó la atención que Geoff Downes (y si recuerdan quien es, él estaba con los Buggles y con Asia) aprovechó el momento para descansar y observar a la audiencia. Yo por supuesto no le quitaba la vista encima a Geoff Downes porque en este concierto el lucía mucho más imponente con sus gestos y movimiento a lo largo del teclado. En un momento de la noche, tanto Geoff y Tony hicieron que los amplificadores del teatro retumbaran para dejarle saber a los otros que el teclado es el rey de los instrumentos, aunque Mozart diga lo contrario.
La presencia de Allan White casi al final demostró lo frágil que está luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido. Desde mi ubicación no había una buena visibilidad de él, pero sí noté que tuvo que ser asistido a subirse al escenario y que el baterista suplente (no me pregunten el nombre de él porque ni me acuerdo) lo velaba o cuidaba de él de vez en cuando desde la parte de atrás de la batería. Por supuesto, este suplente que ha tocado en toda la gira, no se quedaba con las manos vacías, tocaba cualqueir instrumento de percusión disponible y a la mano en ese momento.
Steve Howe, a su edad aún mantiene la agilidad motora fina de su mano izquierda. Un dato muy curioso y que todo el mundo respetó durante el Meet and Greet es que él no le gusta que lo toquen, que le den la mano, que lo abracen y nada por el estilo. Usted dirá vaya, tendrá fobia a la gente. Yo no sé lo que le pase, pero si yo fuera él tampoco le daría la mano a cualquiera por varias razones: evitar un apretón que le lastime la mano que emplea para tocar; si usted va al baño y no se las lava, yo no quiero compartir nada suyo; si está enfermo puede afectar la gira; y, no me lo están presentando formalmente, así que no hay obligación alguna de darmela. Ah, eso sí, yo me dirigí a cada uno de ellos por su apellido porque no son mis panas para tratarlos con confianza. Pero dejando esto a un lado, Steve Howe tocó como siempre, de maravilla. No dejé de observar su mano izquierda y la forma en que desplazaba y cambiaba de acordes, haciendo que esto luciera de forma sencilla, lo cual no es. Como aficionado a la guitarra y teniendo un conocimiento algo ligeramente adelantado, puedo decirles que sus acordes y cambios al mismo crearon una armonía musical de excelencia.
En el caso de Billy Sherwood, a quien he estado siguiendo su carrera de cerca, me hizo pensar en muchas ocasiones que el espíritu de Chris Squire se apoderó de él. Pero decir esto es restarle méritos a un artista como Billy. Sí es cierto que Billy fue entrenado bien tardíamente por Chris Squire, pero no es menos cierto que Chris Squire reconoció los atributos musicales de Billy Sherwood al invitarlo a participar en varias de sus grabaciones como solistas y viceversa. Por lo tanto, Billy ha replicado con exactitud lo enseñado por Chris Squire y lo ha hecho parte de su patrimonio musical.
El cierre del espectáculo fue un popurrí de todas las canciones que hizo a la banda famosa entre 1969 al 1973. El público no dejó de cantar y hasta de comulgar espiritualmente con una de las canciones de ellos, Close to the Edge. Definitivamente, el cierre fue maravilloso.
En el Meet and Greet, tuve la oportunidad de que me autografiaran dos artículos: la lamina o afiche conmemorativo de los 50 años (el cual ya está debidamente enmarcado) y el CD de Close to the Edge para un amigo que vive en Liverpool. Este era una sorpresa y fue dedicado a él por todos los miembros de la banda. Aún estoy esperando la foto oficial que me tomaron con ellos porque estaba prohibido tomar fotos con los celulares, incluso, había que apagarlos porque si alguien tomaba una foto se acabó lo que se daba (refrán boricua) y los muchachos de la banda se levantarian y se marcharian. Si eso pasaba iba a ocurrir un motin de inmediato; pero por la Providencia del Rock, señora patrona de todos los rockeros, eso no ocurrió.
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